El costo de la materia prima constituye un componente estratégico en la estructura de costos industriales, alcanzando proporciones entre el 40 % y el 70 % del costo total de producción en sectores manufactureros y agroindustriales, según evidencia empírica reciente (Torres Ramírez, 2025). Su volatilidad está determinada por múltiples factores exógenos —mercado internacional, tipo de cambio, crisis logísticas globales— e internos —ineficiencia operativa, desperdicio, y aprovisionamiento subóptimo—, lo que impacta directamente la rentabilidad empresarial.
La literatura académica y técnica indica una creciente tendencia hacia la integración de enfoques tecnológicos avanzados para mitigar dichos costos. Metodologías como Demand Driven MRP (DDMRP) (Machare, 2025), la simbiosis industrial mediante reciclaje de residuos poliméricos (Escalante & Martínez, 2025), y la optimización logística basada en heurísticas de ruteo (Enrique & Hugo, 2025) han demostrado una reducción significativa del impacto económico asociado al abastecimiento y procesamiento de materia prima.
Asimismo, se observa un desplazamiento hacia modelos sostenibles, como el aprovechamiento de fuentes locales y naturales para la sustitución de insumos críticos, con impactos positivos tanto en costos como en indicadores ambientales (Tutor & Arjonilla, 2025). Casos específicos de valorización de residuos —por ejemplo, la obtención de ácido málico a partir de biomasa residual azucarada (Torres Ramírez, 2025), o el procesamiento de salmueras para generar NaOH (Rondoy, 2025)— evidencian la viabilidad técnico-económica de enfoques circulares en la cadena de suministro.
En síntesis, el análisis actual del costo de la materia prima revela una doble dimensión: económica y estratégica. Su gestión no sólo condiciona la viabilidad financiera, sino que también constituye un vector clave para la innovación tecnológica, la sostenibilidad productiva y la resiliencia industrial en contextos latinoamericanos.
Métodos de valuación de inventarios (PEPS, UEPS, promedio)
En contabilidad de inventarios, existen varias fórmulas de asignación de costos para valuar las salidas de inventario y el saldo final, entre las más utilizadas están: PEPS (Primeras Entradas, Primeras Salidas), UEPS (Últimas Entradas, Primeras Salidas) y Promedio Ponderado. Cada método define cómo se atribuyen los costos de las compras a los inventarios vendidos y los que permanecen en bodega:
- Método PEPS (FIFO): Asume que los primeros artículos que ingresan al inventario son los primeros que se venden o consumen. En otras palabras, se salen primero las unidades más antiguas. Bajo PEPS, el costo de las mercancías vendidas (COGS) se calcula usando primero los costos más antiguos. Este método tiende a reflejar un inventario final a costos más recientes y un costo de ventas basado en costos históricos más bajos (en contextos inflacionarios), lo cual puede mostrar mayores utilidades contables. Es un método lógico y suele alinearse con el flujo físico real de muchas mercancías (por ejemplo, en alimentos perecederos).
- Método UEPS (LIFO): Supone que las últimas unidades en entrar son las primeras en salir. En UEPS, la venta se costea primero con las compras más recientes. El efecto opuesto ocurre comparado con PEPS: en un escenario de precios crecientes, UEPS asigna costos más altos a las ventas (reduciendo la utilidad contable) y deja en inventario costos más antiguos y bajos. Algunas empresas históricamente adoptaron UEPS buscando ventajas tributarias (al mostrar menor utilidad imponible), pero este método ya no es aceptado bajo las NIIF. De hecho, con la convergencia a normas internacionales en Colombia, desapareció el método UEPS como opción válida para valuar inventarios. NIIF para PYMES y NIIF completas solo permiten las fórmulas de costo PEPS, Promedio Ponderado o Identificación Específica, prohibiendo expresamente el uso de UEPS (LIFO).
- Método de Promedio Ponderado: Calcula un costo unitario promedio cada vez que hay nuevas compras, ponderando según las cantidades adquiridas. Cada salida de inventario se valúa a ese costo promedio. Este método suaviza las fluctuaciones de precios, ya que distribuye el efecto de variaciones de costo a lo largo del período. El promedio puede calcularse de forma periódica (al final del período, dividiendo el costo total disponible entre las unidades disponibles) o de forma perpetua/móvil (recalculando el costo promedio cada vez que entra una nueva compra). Bajo NIIF, el método de costo promedio ponderado es totalmente aceptado al igual que PEPS.
Impacto de la normatividad colombiana (NIIF para PYMES)
Conforme al Marco Técnico de NIIF para PYMES adoptado en Colombia, la empresa debe elegir una fórmula de costo consistente para sus inventarios y aplicarla uniformemente. Dado que NIIF prohíbe LIFO, en la práctica las PYMES utilizan PEPS o Promedio (la Identificación Específica se reserva para bienes no intercambiables o inventario de items únicos). Además, los inventarios deben valuarse inicialmente al costo histórico de adquisición o producción, y al cierre de cada periodo compararse contra su Valor Neto Realizable – es decir, debe valuarse al menor entre el costo y el precio de venta estimado menos costos de culminación y venta (principio de lower of cost or net realizable value). Si el valor neto realizable resulta inferior al costo, se reconoce un deterioro o pérdida por desvalorización del inventario, afectando los resultados del periodo. Por ejemplo, si cierta materia prima queda obsoleta o dañada, deberá rebajarse su valor en libros hasta el monto recuperable. Estas pérdidas por deterioro de inventarios se reconocen como gasto del periodo en que ocurren. Nota: Si posteriormente mejora el valor de realización (por ejemplo, se recupera mercado para ese inventario), bajo NIIF se podría revertir el deterioro hasta el monto del costo original, reconociendo una ganancia en el periodo de la recuperación.
En cuanto a la presentación, las NIIF (plenas y PYMES) requieren revelar en notas a los estados financieros las políticas contables de inventarios adoptadas, incluyendo el método de valuación utilizado (PEPS, promedio, etc.), así como el importe de cualquier pérdida por deterioro reconocida. Esto asegura transparencia y comparabilidad en la información financiera.
Ejemplo comparativo: Supongamos que una empresa compra 100 unidades de materia prima A a $10 c/u y luego otras 80 unidades a $15 c/u. Si vende o consume 120 unidades durante el periodo, cada método arrojará resultados distintos en el costo de ventas (y por ende en la utilidad) y en el valor del inventario final:
- Con PEPS, las primeras 100 unidades vendidas costarán $10 c/u y las siguientes 20 unidades a $15 c/u. El costo de ventas será $1.300 y el inventario final quedará con 60 unidades a $15 = $900.
- Con UEPS, las primeras 80 unidades vendidas costarán $15 c/u (últimas compradas) y las siguientes 40 unidades a $10. El costo de ventas sería $1.600 y el inventario final 60 unidades a $10 = $600.
- Con Promedio Ponderado (periódico), el costo promedio unitario de las 180 unidades disponibles sería $12,22 ([$$1.000 + $1.200] / 180). El costo de las 120 unidades vendidas sería ~$1.466,7 y el inventario final ~$733,3 (60 u * $12,22).
Este ejemplo ilustra que PEPS produce el menor costo de ventas (en inflación) y mayor inventario final, mientras UEPS da el mayor costo y menor inventario (no permitido en NIIF), y el promedio queda en un punto intermedio. La elección del método impacta los resultados financieros y tributarios, por lo cual en Colombia la norma exige ceñirse a métodos aceptados por NIIF para efectos contables. En todo caso, fiscalmente la DIAN también espera consistencia en la metodología; no es posible cambiar de método cada periodo a conveniencia. Una vez adoptada una fórmula de valuación, debe mantenerse en el tiempo para permitir comparabilidad.
Tratamiento de faltantes y sobrantes de inventario
Al final de un periodo contable es fundamental conciliar el inventario físico con el registro contable. No es raro encontrar diferencias por faltantes (escasez de unidades en físico respecto al libro) o sobrantes (más unidades en físico que en libros). Estas diferencias pueden originarse por errores de registro, robos, desperdicios no contabilizados, conteos previos inexactos, entre otros. El manejo contable adecuado de estas situaciones debe cumplir las normas financieras y también tener en cuenta implicaciones fiscales en Colombia.
Faltantes de inventario: Un faltante significa que el inventario real es menor que el en libros, reflejando una pérdida para la empresa. Bajo NIIF, la instrucción es reconocer de inmediato esa pérdida en el resultado del periodo, disminuyendo a la vez el valor en libros del inventario. Es decir, registrar un gasto por faltante contra una reducción del inventario. El Consejo Técnico de la Contaduría (CTCP), mediante el Concepto 046 de 2023, ratificó que, tratándose de faltantes, “el valor establecido como pérdida deberá reconocerse como un menor valor del inventario contra una cuenta de gastos” conforme al párrafo 34 de NIC 2. En la práctica, si al hacer el conteo físico final del año la empresa descubre, por ejemplo, 100 kg menos de materia prima X que lo contabilizado, debería rebajar esos 100 kg del Inventario (crédito) y cargar su costo a una cuenta de gasto o costo (débito), normalmente identificado como “pérdida por faltante de inventarios” en el estado de resultados.
Desde el punto de vista fiscal, la legislación colombiana admite hasta cierto límite estas pérdidas por mermas naturales. El Artículo 64 del Estatuto Tributario (ET) permite que tratándose de inventarios de fácil destrucción o pérdida (por ejemplo, evaporación, merma por manipuleo), el inventario final puede disminuirse hasta en un 3% de la suma del inventario inicial más las compras del periodo sin que ello se considere automáticamente un faltante irregular. No obstante, para soportar fiscalmente esa disminución, se requiere un acta o documento interno que detalle la cantidad perdida, descripción del producto, costo unitario, y una justificación de la baja, firmada por el representante legal y responsables, junto con evidencia pertinente. Esto funciona como un respaldo en caso de auditoría de la DIAN. Si la pérdida excede ese 3% o no es por “fácil destrucción”, igualmente es deducible pero la empresa debe demostrarla fehacientemente; de lo contrario podría ser objetada.
Sobrantes de inventario: Un sobrante refleja que hay más inventario físicamente que lo registrado en libros. Contablemente, la empresa deberá ajustar al alza su inventario y reconocer un ingreso extraordinario por dicho sobrante. Usualmente se trata como un ingreso por recuperación o reversión de una pérdida previa, dado que implica que se tenían menos existencias contabilizadas de las realmente disponibles. En términos simples, se debita el Inventario (incrementándolo) y se acredita una cuenta de ingreso (por ejemplo “ingreso por sobrante de inventario”). Este ajuste aumenta el activo y el beneficio del periodo. Sin embargo, hay que analizar la causa: los sobrantes normalmente indican errores de periodos anteriores (compras no registradas, conteos mal hechos anteriormente) o eventuales hallazgos de mercancía no contabilizada.
En Colombia, los efectos fiscales de un sobrante son delicados. La normativa tributaria presume que un sobrante puede provenir de omisiones en la facturación o incluso contrabando. El Artículo 757 del ET establece que, si al verificar un inventario se encuentra más inventario que el registrado contablemente, se presumirá que la diferencia corresponde a ventas gravadas no declaradas en el año inmediatamente anterior. En otras palabras, la DIAN podría asumir que ese sobrante existe porque la empresa vendió menos de lo que compró (es decir, ocultó ingresos) o adquirió mercancía por fuera de libros. Por tanto, exigiría pagar los impuestos omitidos sobre esas “ventas presuntas” (IVA, renta). Adicionalmente, el Artículo 760 del ET indica que un sobrante significativo podría asociarse a mercancía de contrabando o compras no registradas, activando sanciones aduaneras. En consecuencia, ante un sobrante importante, la empresa debe revisar su origen: si fue un error contable, debería corregir periodos anteriores si aplica; si fue mercancía ingresada sin factura, debe regularizarla.
Resumiendo, la empresa debe ajustar sus libros al resultado del inventario físico: si hay faltantes, reconocer la pérdida en resultados; si hay sobrantes, reconocer un ingreso y el activo correspondiente. Todo esto siguiendo las NIIF para garantizar que los estados financieros reflejen la realidad. Y en el ámbito tributario, documentar adecuadamente los faltantes normales (mermas) y tener precaución con sobrantes, pues pueden desencadenar revisiones fiscales. Un buen control interno de inventarios (ver siguiente sección) ayudará a minimizar estas diferencias y a detectar a tiempo las causas (errores administrativos, hurto, desperdicio excesivo, etc.), facilitando su tratamiento correcto.
Costeo y control de materiales
Esta sección aborda cómo determinar el costo de la materia prima y cómo implementar controles para su adecuada gestión desde la compra hasta su utilización en producción. Dado que las materias primas suelen ser el principal componente de costo en las empresas manufactureras, su correcta valoración y control impacta directamente los resultados de costos y la eficiencia operativa.
Composición del costo de materiales: Conforme a NIIF para PYMES (Sección 13) y las políticas contables generales, el costo de un inventario de materia prima incluye todos los gastos necesarios para poner ese material en su condición y ubicación actuales. Esto abarca:
- Costo de compra: el precio pagado al proveedor por la materia prima, más cualquier impuesto no recuperable (p.ej. aranceles de importación, IVA no descontable en casos aplicables), más costos de transporte, fletes, seguros, descargue y manejo hasta la bodega, menos descuentos o rebajas comerciales obtenidas. Por ejemplo, si se importan insumos, los derechos de aduana y flete marítimo se suman al costo unitario del material. (Nota: si la compra tiene financiación implícita a largo plazo, NIIF requiere separar los intereses implícitos como gasto financiero, no cargarlos al inventario).
- Costos de conversión (si aplica): en el caso de inventarios en proceso o productos terminados, incluyen la mano de obra directa y los costos indirectos de fabricación necesarios para transformar la materia prima. En el contexto de materia prima en sí, estos no aplican todavía; la materia prima se mantiene valorizada a costo de adquisición hasta que entra a producción. Una vez se envía a proceso productivo, su costo se transfiere a la cuenta de producción en proceso junto con la mano de obra y CIF.
- Otros costos necesarios: cualquier otro desembolso directamente atribuible a que la materia prima esté disponible para uso (por ejemplo, quizás almacenamiento especial, acondicionamiento, pruebas de calidad si son requisito para usarla, etc.), en la medida en que se incurra en ellos para dejarla lista para producción. No se incluyen, obviamente, costos anómalos como desperdicio excesivo, demoras extraordinarias en transporte, ni gastos administrativos o de venta, ya que estos no aportan a poner el inventario en condiciones de uso. Tales costos extraordinarios se llevan a resultados cuando ocurren.
En síntesis, el costo de la materia prima en libros refleja todo lo que costó tener ese material disponible en bodega. Bajo la normatividad local anterior (Decreto 2649/93 ya derogado) esto se enunciaba de forma similar: “el valor de los inventarios incluye todas las erogaciones y cargos directos e indirectos necesarios para ponerlos en condiciones de utilización o venta”. Esta noción se mantiene vigente con NIIF.
Registro contable de las compras de materiales: Cuando se adquiere materia prima, típicamente la empresa utiliza una cuenta de Inventarios – Materias primas (activo corriente) para registrar la entrada. El asiento básico es: Débito a Inventario (por el costo total, sumando fletes, etc.) y Crédito al pasivo correspondiente (cuenta por pagar al proveedor, o efectivo si la compra fue de contado). En NIIF para PYMES Grupo 2, no existe un plan único de cuentas obligatorio, pero las pymes suelen llevar un auxiliar de inventarios por cada tipo de material para controlar cantidades y costos.
Proceso de control interno – desde la compra hasta el consumo: Un control eficaz de materiales implica procedimientos y documentación en cada etapa:
- Solicitud y orden de compra: El proceso comienza cuando el departamento de producción o almacén detecta la necesidad de cierto material. Se genera una solicitud de compra interna, que tras ser aprobada se convierte en una orden de compra al proveedor. Estos documentos autorizan qué, cuánto y a quién comprar, y deben estar aprobados por un responsable (ej.: jefe de almacén o gerente de compras). La orden de compra escrita sirve de base para controlar que lo comprado sea lo requerido y evita adquisiciones no autorizadas.
- Recepción y verificación: Al llegar la materia prima, el área de almacén realiza la recepción de materiales, verificando cantidades, calidad y condiciones contra la orden de compra. Se elabora un informe de recepción (remisión) donde se consignan las unidades recibidas y cualquier novedad (daños, faltantes). Este documento lo firma quien recibe y usualmente lo valida quien hizo el pedido. La factura del proveedor se compara contra lo recibido. En este punto nace la obligación de pago y el registro contable de la compra.
- Registro en inventarios (Kárdex): Cada movimiento – entrada por compra, salida por consumo, devolución, etc. – debe actualizarse en los registros permanentes de inventario. En sistemas manuales o semiautomatizados esto se lleva mediante tarjetas de Kárdex o auxiliares de almacén, donde para cada artículo se anotan entradas, salidas y saldo, con sus costos unitarios. La empresa manufacturera debe ser capaz de determinar en cualquier momento la cantidad en existencia y el costo acumulado de cada material, lo cual es posible implementando un sistema de inventario perpetuo. En un sistema perpetuo, la cuenta de inventario se mantiene actualizada con cada entrada/salida; en contraste, en un sistema periódico los detalles se acumulan fuera de libros y solo al final del periodo se ajusta el costo de ventas y el inventario mediante conteo físico. Actualmente, por controles y exigencias NIIF de información fiable, se privilegia el método perpetuo apoyado en software contable, que proporciona información continua y facilita la detección oportuna de desviaciones.
- Entrega o requisición de materiales a producción: Cuando la materia prima se necesita en el proceso productivo, el área de producción emite una requisición de materiales (formato interno) especificando qué ítems y qué cantidades tomar del almacén. El almacenista solo despacha materiales contra una requisición autorizada por un supervisor, cumpliendo así el principio de control de que toda salida de inventario esté respaldada por un documento autorizado. Al entregarse los materiales, se registra la salida en el Kárdex (reduciendo cantidad y costo en inventario) y se hace el asiento contable de consumo: se debitan las cuentas de costo de producción (p.ej. Inventario de Producto en Proceso o cuentas de costo de fabricación) y se acredita Inventario de Materia Prima por el valor de los materiales utilizados. Este traslado acumula el costo en los productos en proceso. Si la empresa vende mercancía en estado comprado (empresa comercial), la salida se debita al costo de ventas directamente en lugar de producción en proceso.
- Control durante el almacenamiento: Mientras los materiales están en bodega, es crítico mantener condiciones adecuadas de almacenamiento (para evitar deterioros) y llevar registros de entradas y salidas con conteos periódicos. Se aplican principios como el de rotación de inventarios (por ejemplo, usar PEPS físicamente para que no se queden lotes antiguos al fondo y se dañen), clasificación y etiquetado de materiales, y definiciones de niveles de stock de seguridad, punto de reorden, etc., para asegurar disponibilidad sin incurrir en excesos. Aunque esto es más de gestión de inventarios que de contabilidad, impacta los costos: una mala gestión puede generar costos ocultos (por vencimientos, desperdicios, sobre almacenamiento). Un control de materiales eficaz busca minimizar esas pérdidas.
- Principios de control interno aplicados a materiales: Existen lineamientos clásicos para garantizar la integridad de los inventarios. Entre ellos: (1) Documentación y autorizaciones – todas las transacciones de compra, recepción, traslado o consumo deben sustentarse en órdenes escritas y aprobadas por responsables; (2) Segregación de funciones – la persona que ordena un material no debe ser la misma que lo recibe físicamente y registra en contabilidad, para prevenir fraudes; (3) Custodia dual – idealmente dos personas intervienen en movimientos de inventario sensibles, por ejemplo, al hacer conteos o al abrir bodegas, para disuadir robos; (4) Registros auxiliares vs. contabilidad general – llevar cuentas de control (en el mayor general) y auxiliares de inventario que periódicamente se concilien entre sí, de forma que cualquier discrepancia se investigue; (5) Conteos físicos periódicos – independientemente de tener sistema perpetuo, realizar inventarios físicos totales o cíclicos para verificar que las existencias reales cuadren con las libros, y ajustar cualquier diferencia (como vimos en la sección anterior). Estos conteos deben hacerse con personal independiente (ej. área de auditoría) y preferiblemente sorpresivos en algunas ocasiones.
En empresas con buen control de materiales, los faltantes/sobrantes detectados en inventarios físicos tienden a ser mínimos, lo cual indica que los procesos de registro diario funcionan correctamente. Además, un control adecuado permite gestión de costos más precisa: por ejemplo, conocer el costo unitario actualizado de cada materia prima, detectar oportunidades de ahorro (comprando cantidades óptimas, reduciendo desperdicios) y valuar correctamente los productos. Desde el punto de vista de NIIF para PYMES, aunque estas normas no dictan procedimientos internos, sí exigen que la información reportada (inventarios, costos) sea confiable y verificable; por ello, implementar estos controles contribuye a poder presentar estados financieros fieles.
Para concluir, se revisaron los métodos de valuación de inventarios aceptados, enfatizando la normatividad colombiana (NIIF para PYMES – Decreto 2420 de 2015) que excluye el UEPS y exige medir inventarios al menor entre costo y valor realizable. También se estableció cómo proceder contablemente ante diferencias de inventario (registrando pérdidas por faltantes o ingresos por sobrantes) conforme a lineamientos técnicos y fiscales colombianos. Finalmente, se describió el costeo de materiales y los mecanismos de control interno necesarios para asegurar registros exactos y prevenir pérdidas.
Fuentes:
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- Escalante Rengifo, L. C., & Martínez Valenzuela, R. R. (2025). Simbiosis industrial para la reutilización de los residuos de plástico tipo PVC generados en empresas del sector de construcción [Tesis de licenciatura, Universidad Tecnológica del Perú]. Repositorio UTP. https://repositorio.utp.edu.pe/handle/20.500.12867/12985
- Enrique, M. F. D., & Hugo, L. D. V. (2025). Mejoramiento en el sistema de transporte de café aplicando heurísticas de ruteo vehicular en el departamento del Cauca [Proyecto de investigación, Unicomfacauca]. Repositorio Unicomfacauca. https://repositorio.unicomfacauca.edu.co/handle/3000/382
- Machare Rodriguez, L. R. (2025). Modelo de gestión basado en la metodología Demand Driven MRP para el aprovisionamiento de materiales en Aquaplastics SA, Santa Elena-Ecuador [Tesis de maestría, Universidad Estatal Península de Santa Elena]. Repositorio UPSE. https://repositorio.upse.edu.ec/items/c9586da5-c5f3-4b8f-a629-593ac08d2e25
- Rondoy Morán, F. L. (2025). Estudio para la obtención de hidróxido de sodio a partir del yacimiento de salmueras Bayóvar-Sechura [Tesis de maestría, Universidad Nacional de Piura]. Alicia Concytec. https://alicia.concytec.gob.pe/vufind/Record/RUMP_339f4a71e70d8b116dc412cddff40671
- Sugiura, Y. (2025). Algunas reflexiones sobre el desarrollo científico y tecnológico de Japón. Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, (137), 121–140. https://revistas.unam.mx/index.php/rri/article/view/92196
- Torres Ramírez, S. (2025). Evaluación de la factibilidad técnico-económica de la producción de ácido málico a partir de residuos con alto contenido de azúcares [Tesis de maestría, Universidad Autónoma de San Luis Potosí]. Repositorio Institucional UASLP. https://repositorioinstitucional.uaslp.mx/xmlui/handle/i/9508
- Tutor, C., & Arjonilla, L. E. (2025). Materiales biocompuestos para el diseño ecológico [Manuscrito no publicado]. Universidad Nacional Autónoma de México. https://ru.dgb.unam.mx/server/api/core/bitstreams/88ecee07-38cb-4cbd-86b4-3dcf196bea3f/content